Siendo una mezcla entre la música árabe y África, la música hassaní es rica en ritmos. Prueba de ello el instrumento usado durante las danzas saharauis. Se trata de un tambor de madera bajo forma de grandes jarras cuya abertura ha sido cubierta por un trozo de cuero bien afianzado sobre las extremidades.

Los saharauis bailan sobre la arena del desierto y son las mujeres quienes hacen los movimientos expresivos.

La mujer saharaui es, tradicionalmente, la mujer tambor y dispone de un sentido rítmico sensual. Tal vez, es esta la razón de la importancia de los movimientos de los dedos; aquellas manos con dedos perfectos diseñadas con la alheña tratan de dibujar ritmos en el vacío.

Así pues, la danza de Guerra, muy famosa, es una de las bases del folklore saharaui que marca su existencia en la historia cultural de Marruecos.

Los instrumentos usados por los cantantes se inspiran de la vida diaria saharaui y son generalmente tradicionales.

Igual que el conjunto de la creación poética de los “saharauis”, las mismas preocupaciones y las mismas inspiraciones vuelven a los poetas hassaníes, las cuales se inspiran siempre de las sensaciones de “lo vivido en pleno desierto”.