El agua es considerada como una fuente de vida y su disponibilidad constituye una imperiosa necesidad para concretar los objetivos de desarrollo humano. Su importancia se incrementa aún más en las zonas áridas donde escasean las precipitaciones y las aguas freáticas, amén de la escasez de la vida vegetal y de la flora.
Partiendo de esta realidad, los resultados que derivan de una voluntad política destinada a aprovechar los recursos hídricos en las provincias saharianas han podido cambiar el modo de vida de la población. Aquello suponía un gran desafío que consistía en hacer manar el agua del desierto, precisamente para abastecer a la población en agua y fertilizar las tierras áridas.
Anteriormente a 1975, no existían acueductos ni redes de distribución del agua. Además el agua potable y salada que se transportaba desde las islas Canarias sólo servía para atender a las necesidades de un grupo bastante reducido de ciudadanos.
Así pues, la mayoría de la población se conformaba con el consumo de exiguas cantidades de agua de lluvia que se guardaban en depósitos enterrados y que se aprovechaban utilizando una técnica bastante antigua llamada “al-matfía”. En cuanto a las escasas operaciones de exploración y de búsqueda del agua, pues éstas pretendían esencialmente atender a las necesidades en agua que exigía la explotación de las minas de fosfato de Bukra´.
Ante estos desafíos, el interés de las autoridades marroquíes se centró en la necesidad de poner fin a la situación de déficit que caracterizaba a la zona, mejorando el grado de productividad y procurando un reparto equilibrado de consumo dentro de los centros urbanos y rurales.
Para afrontar las enormes dificultades que se plantean en materia de movilización de los recursos hídricos, se ha elaborado un intenso programa de exploración de las aguas subterráneas que ha permitido descubrir varias capas freáticas, particularmente las capas de crustáceo, cuya profundidad se incrementa cada vez que nos dirigimos del sur al norte y del este al oeste, una profundidad que oscila entre 50 metros en Bir Anzaran y 1.100 metros en la zona de Laâyoune.
Es- Semara
Ante el carácter saharaui de la zona, marcado por la continua sequía y por la elevada temperatura, particularmente en el verano, la cuestión de encontrar agua potable ha supuesto una continua preocupación para los responsables. El proceso de búsqueda se inició en 1978 con la realización de varias exploraciones que desembocaron en la existencia de escasas cantidades de agua en la zona próxima a la ciudad, como Oued L´kaiz y Oued Sakia Al Hamra. De este modo, el interés se centró en otras zonas distantes, dotadas de una geología y de una topografía diferente. Así, a partir de los acuíferos de Sidi Ahmed Larroussi, la ciudad ha sido proveída de agua potable, desde 1986 hasta 1993, con un caudal que alcanza los 40 l/s.
Así, a partir de febrero de 1994, la ciudad de Es- Semara empezó a abastecerse de agua potable desde el acuífero de Sidi Khatari, tras la construcción de una planta de tratamiento y depuración de agua, el levantamiento de un depósito de altura con una capacidad de 500m³, la construcción de una planta para el bombeo de agua y la rehabilitación y ampliación de la red de distribución del agua para que pueda abarcar a los nuevos barrios. Así, la longitud de la red alcanza en la actualidad 120km, mientras que la producción mensual de esta vital materia se calcula en 90.000m³.
El número de abonados a la red alcanza 6.996 abonados aunque, eso sí, con la expansión urbana de la ciudad y el crecimiento demográfico de la población, esta planta ya no puede satisfacer las crecientes demandas de esta materia vital, particularmente en verano en que el índice de consumo alcanza su punto máximo y en que el déficit alcanza el 30%. Ello influyó mucho en el programa general de distribución del agua en la ciudad de Es-Semara. De igual modo, cabe señalar que este déficit se va a duplicar tras conectar la comuna rural de Sid Ahmed Laroussi a la red de distribución del agua de Sidi Khatari.
Para afrontar esta situación, la Oficina Nacional de Agua Potable ha establecido un proyecto destinado a reforzar la capacidad de producción de la planta de Sidi Khatari, cosa que va a contribuir, sin lugar a dudas, a mejorar su productividad y, consecuentemente, a suministrar esta vital materia de manera regular a la ciudad de Semara y a su población .
Y en el marco de la política de promoción del mundo rural, el Estado está desplegando grandes esfuerzos para proporcionar el agua potable a los distintos núcleos residenciales. De este modo, se ha podido abastecer al centro de Sid Ahmed Laroussi con esta materia tan necesaria.
Laâyoune
A pesar de la escasez de los recursos, la ciudad de Laayun es considerada como una ciudad bien equipada en materia de agua potable. Desde 1975, la Oficina Nacional de Agua Potable procedió a equipar estas zonas y dotarlas con las infraestructuras y cauces necesarios para la producción y distribución del agua.
De este modo, la ciudad queda abastecida de agua por medio de una red de distribución que cubre el 80% del tejido urbano y cuya capacidad diaria de producción de agua potable alcanza los 12.600m³, incluso 7000 m³ es agua dulce producida en una estación de desalación y potabilización del agua. En cuanto al agua restante, procede de una capa freática llamada Fum El Ouad. A este respecto, cabe decir que la cantidad de agua almacenada queda calculada en 16.660 m³.
Tarfaya
La ciudad de Trafaya dispone de una planta de tratamiento y depuración de agua que produce un caudal estimado en 100 m diarios, distribuidos mediante espitas públicas. Otro caudal de agua salada, estimado en 120m diarios, va distribuido a través de un acueducto cuya capacidad de almacenamiento roza 250 m³.
Bujador
La capacidad de producción de la ciudad de Bujador en agua dulce es estimada en 800 m diarios. Tras la desalación de las aguas marítimas, su distribución se hace mediante una red que cubre el 80% de las regiones de Bujador con una capacidad de almacenamiento que alcanza 500 m.
Las comunidades rurales
El suministro de agua potable a las comunidades rurales de la región (Ajfnir, Dura, Msid, Tenfad, Bukra’, Dshira, Tah, Hkunía) se hace a través de las cisternas. Por eso, es imprescindible que la Oficina nacional de agua potable realice un programa de suministro de agua potable a los núcleos rurales y valore los recursos existentes.
Sin embargo, el crecimiento demográfico y la rápida expansión de las ciudades de la región son susceptibles, a corto plazo, de causar un déficit en el agua potable y una explotación excesiva de los recursos hídricos de la región. Asimismo, la necesidad en agua potable supone, próximamente, la realización de nuevas plantas de desalación de agua.